Ensayo | La educación mediática, el quinto poder


Frecuentemente en clases de educación cívica los profesores enseñan a sus alumnos que los tres componentes de un gobierno republicano son: uno, el poder ejecutivo; dos, el poder legislativo, y tres, el poder judicial. Y que en una democracia los medios de comunicación constituyen el cuarto poder, en especial la prensa por su carácter crítico y de vigilancia al ejercicio de los otros tres poderes. Años atrás los medios eran un recurso de los ciudadanos contra el abuso de poderes, hoy los conceptos han cambiado.

Los medios parecen vivir un estado de somnolencia informativa, movidos sólo por sus intereses comerciales y preocupados por cuestiones de rentabilidad olvidando su misión cívica y de servicio público, la mayoría de los grandes medios ya no están dirigidos por periodistas, eso era antes, hoy están dirigidos por empresarios, esa es la cuestión. Desde hace un par de décadas, junto al nacimiento de la sociedad postmoderna y su comando imperativo de goce, este cuarto poder fue vaciándose de sentido, perdiendo poco a poco su función esencial de contrapoder.

El cuarto poder ahora son las corporaciones (grupos periodísticos) y representan al sistema hegemónico, es decir se representan a sí mismos, la derecha ha aprovechado mucho estos años, ha construido un mundo —que es el que vivimos— y del cual salir no va a ser fácil. Hildebrandt (2008) cree que “vamos a tener que reconquistar este asunto, y sí, de repente va a ser bolivarianamente. Al final de cuentas Bolívar llegó aquí para que dejáramos de pensar como el virrey (…) por supuesto, no voy a incurrir en la pretensión mentirosa de decir que me siento de izquierda. Yo lo hago sólo porque estoy harto del monopolio conservador en la prensa”.

Ignacio Ramonet, uno de los principales activistas de esta idea, sostiene que “la información se está gestionando como una mercancía, una mercancía con una particularidad: es gratuita”, y plantea su reflexión en torno a ¿cómo puede ser gratuita y mercancía? ¿cómo funciona ese negocio, cómo ganan dinero? Todo indica que los medios y el periodismo responden a intereses corporativos y no a los de la sociedad, ese cuarto poder dejó de ser «la voz de los sin-voz» porque es un gran negocio que la gente continúe narcotizada por el poder mediático.

Ramonet (2003) considera que “hoy nuestras sociedades democráticas necesitan un activismo social que cuestione el funcionamiento mediático de nuestra sociedad, los ciudadanos tienen que apoderarse de la crítica para construir una especie de contrapoder a los medios en la medida que estos no están jugando su papel”. No se ven críticas al poder mediático, es el único que no acepta ningún tipo de contrapuestos y cuando se critica al cuarto poder (mediático), es necesario pensar en la creación de un quinto poder.

Los ciudadanos deben tener una mayor necesidad de desalinearse, deben tomar conciencia sobre cómo le hacen el juego al sistema con su pasividad, con su indiferencia, con su desprecio por lo serio, porque ¡claro?, —y sin el ánimo de generalizar— es más entretenido confesar si eres fan de las «cobras» o de los «leones» de «Esto Es Guerra» a conversar sobre un tema serio, eso aburre, las complejidades aburren, pensar fatiga, cuestionar amenaza, que vuelva de una vez Magaly a la televisión. Entonces, cuidado, crear conciencia es trabajar rebeldía.

Es correcto que sea el Estado quién tenga que establecer mecanismos específicos de control y fiscalización a los medios, aun así, no se puede delegar al Estado esa responsabilidad. Es importante que, mientras el ente público disputa en ese terreno (lo que no significa reconocernos como parte de él), se pueda generar otro espacio que represente un quinto poder. Por eso es indispensable que los consumidores de medios constituyan órganos de alerta y que se promueva una educación mediática para poder estar bien informados.

No cabe duda de que cada vez es más necesario formar a las personas —independientemente de su edad, raza, sexo, religión o lugar de procedencia— para una educación crítica, activa y plural ante los medios de comunicación por el simple hecho de que en cualquier parte del mundo todos los ciudadanos de hoy consumen medios por doquier. Creemos que dada la presencia de los medios esta educación debe de iniciar en la niñez porque es impensable que un «no adulto» permanezca ajeno a la influencia de los medios, de eso trata el ensayo.

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Por Andrinik Huaytalla Ramos



Asociación de Comunicadores Escolares del Sur Peruano
ACESP-ONGD

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