En las escuelas de periodismo nos enseñaron y nos repitieron que, como profesionales, debemos informar con objetividad. Junto con la llamada “objetividad” se filtraron otros conceptos aparentemente sinónimos: “neutrales” e “imparciales”.

Aclaremos estas palabras que pueden resultar tan ambiguas como peligrosas.

Nadie es neutral. Siempre tenemos un corazoncito que apoya a un lado o al otro. Ahora bien, en nuestro trabajo de comunicación no solamente no somos neutrales, sino que no debemos serlo. Vivimos en una sociedad profundamente desequilibrada, donde unos cuantos acaparan la riqueza de la mayoría. Una sociedad discriminadora por absurdas razones del color de la piel, por el sexo, la orientación sexual, la edad, la religión, etc. Una sociedad excluyente que deja sin trabajo ni casa ni salud a inmensos sectores de la población. ¿Y vamos a ser neutrales? De ninguna manera. Nuestro periodismo apoya con responsabilidad las luchas de las mayorías emprobrecidas, discriminadas, excluidas. Si eres cristiano, a eso le llamarás “opción por los pobres”. Y si no lo eres, llámale “revolución social” o “valores éticos”. Así que, nada de neutralidad. El buen periodismo, sin un fuerte compromiso ciudadano, se vuelve cómplice de la injusticia reinante.

Esta palabra también se presta a malas interpretaciones. “Imparcial” significa que no toma partido, que se abstiene. Si “partido” se refiere a un partido político está bien, porque como periodistas no podemos convertirnos en voceros o voceras de un candidato o de un partido o de un gobierno. Que simpatices por un partido es una cosa. Pero que esa simpatía la muestres en tu trabajo comunicacional es incorrecto.

“Imparcial” también puede entenderse como que nos lavamos las manos, que no tomamos “parte” en los conflictos sociales, que no nos comprometemos con los reclamos y las luchas populares. En este sentido, no somos ni queremos ser imparciales porque “participamos” y construimos opinión pública en favor de las causas justas de la sociedad.

OBJETIVOS 

¿Qué significa ser “objetivos” cuando informamos? En realidad, la objetividad no existe porque toda noticia es el relato de un hecho. Y todo relato lo hace una persona. Y toda persona es un sujeto y pone su subjetividad al relatar.

¿Significa esto que rechazamos la palabra objetividad? No, pero hay que entenderla bien.

Objetividad significa, ante todo, responsabilidad con nuestras audiencias (o con los televidentes o con los lectores). Objetividad significa informar verazmente, ser lo más fieles posibles a los hechos ocurridos, sabiendo que nadie logra esta meta al cien por ciento.

En el próximo post procuraremos ser más objetivos con la objetividad.