Héroes de la escuela | "Semillitas al Aire"
Un programa radial conducido por niños de un caserío a 4 mil m.s.n.m, en Cajamarca, busca mejorar tanto su expresión oral y escrita como fortalecer su autoestima. A casi un año de iniciado, ya se sienten sus primeros logros.
Revista Somos, 28 de junio 2014 |
Seis niños de entre 5 y 12 años, perfectamente peinados y uniformados, rodean a la redactora de esta nota. Son conductores del programa SEMILLITAS AL AIRE que se transmite todos los jueves de 4 a 5 de la tarde la radio cajamarquina San Fernando, “la voz de los que no tienen voz”, Jessica (5), Siomara (6), Luz Analí (11), Eida Mardeli (11), Walter (10) y Kerly (12) han decidido dedicar su sesión a interrogar a la periodista que hoy está de visita. Los chicos han preparado un cuestionario con semanas de anticipación y los temas discurren entre la opinión de la entrevistada sobre la realidad nacional, su edad, sus gustos en gastronomía y reflexiones sobre su labor.
Conmueve la seriedad de los pequeños al preguntar, pues algunos fruncen el ceño al decir “¿Cuál es tu plato favorito?” y enternecen sus nervios por estar “en el aire”. Luz Analí es la más desenvuelta y tiene una excelente dicción. “¿Te gustaría ser locutora cuando seas grande?” preguntamos “¡Por supuesto!”, responde segurísima.
Que un grupo de niños tome una cabina de radio semanalmente ya llama la atención, pero resulta aún más sorprendente saber que vienen, en su mayoría, de Alto Coimolache, un caserío de Cajamarca a 4 mil m.s.n.m. y a una hora de distancia en auto de Hualgayoc, que es donde se ubica la radio comunal. Y que su colegio, la Institución Educativa de Gestión Comunal Cristo Rey, tenga recién ocho años de creada.
“Empezamos con la escuela en el 2006 y eran cuatro niños no más. Nosotros (los padres de Coimolache) queríamos que ellos estudien. Ahora son 43 y hasta vienen chicos de otras comunidades a estudiar acá”, cuenta no sin cierto orgullo Fredegundo López, uno de los padres fundadores del caserío.
Que un centro educativo tan pequeño genere la atención de otras comunidades no es gratuito. Y es que en Cristo Rey están sucediendo cosas. La institución es parte del proyecto Aprender para Crecer, una iniciativa de Empresarios por la Educación y la facultad de Educación de la Universidad Peruana Cayetano Heredia, en alianza con el grupo Buena Aventura. Este se implementa desde el 2013 y busca mejorar el desempeño docente en las áreas de Comunicación y Lógico Matemática. Y lo hacen de la mano de los padres de familia que han entendido que solo la educación sacará adelante a sus hijos.
Así lo cree también Luz Marina Vásquez (34), con cinco hijos que cuidar y que dice querer para ellos un futuro mejor. “Yo me dedico a la casa y mi esposo es agricultor. Mi hija está en primer grado y veo que le gusta estudiar y quiere aprender inglés. Quisiera que ellos sean mejores y profesionales”, dice.
EN EL AIRE
Cuenta Favia Bahamonde, asesora del Programa Aprender para Crecer, que esta iniciativa tiene su origen en combatir la extrema timidez de los niños de la zona. “Hay padres que creían que la opinión de los niños no era importante y esto se tuvo que trabajar, Empezamos en mayo del 2013 con el micrófono mágico, que era un micrófono que, les dijimos a los niños, les iba dar ideas para que hablaran más. De a pocos logramos que se expresaran. El micro ‘no funcionaba’ y luego conseguimos uno que sí. Muchos se sorprendieron al escuchar su voz por primera vez y hasta tartamudeaban de la emoción”, afirma.
Por el programa han sido entrevistados autoridades de la comunidad, el presidente de la ronda campesina, doctores de los centros de salud aledaños, ingenieros mineros, etc. “Les hemos dicho a los padres que reconozcan el logro de sus niños, que los feliciten por su participación en la radio, que los abracen”, añade Favia.
EDUCACIÓN DE ALTURA
El programa radial SEMILLITAS AL AIRE es una de las caras visibles de distintas medidas que buscan mejorar la educación de los pequeños del colegio Cristo Rey, en donde se enseña inicial y primaria. Resulta interesante por ejemplo, cómo este enfoque incorpora los saberes que los chicos traen de casa y cómo a la vez estos se replican en el programa radial que ellos mismos producen. Así, por ejemplo, hay sesiones dedicadas a canciones que sus padres les enseñaron o a contar leyendas de la zona. También, destaca Favia Bahamonde, buscan transmitirles a los niños la idea que todo aprendizaje “sirve”. Sucede que una vez que los chicos superaron su timidez cuestionaban a sus profesores y les preguntaban de qué les servía aprender tal o cual concepto. “Buscamos que la información que se les transmite esté siempre contextualizada con su entorno, con soluciones a su día a día”, comenta.
La producción del programa –afirma Marleni Vásquez, directora del colegio– se trabaja en el aula, y tras casi un año de implementación de esa iniciativa nota que los chicos han mejorado su expresión oral y escrita. “Ellos producen sus propios cuentos y se esfuerzan en hacerlo porque saben que van a ser escuchados en el programa”, explica. Y son los niños quienes pueden dar fe de más beneficios y ya sueñan con su futuro. Eida Mardelí Sánchez (9) comparte, sin chuparse ante la grabadora, que ella escribe sus propias fábulas, que le gusta el colegio y no se cansa por caminar 50 minutos desde su casa. Dice que de grande quiere ser contadora. Caso similar es el de Walter Vásquez (14) que ha aportado al programa radial al entonar canciones de la comunidad que hablan, entre otras cosas, sobre una vaca de nombre Rebeca. Walter dice que se ve como un doctor cuando sea grande. “Quiero curar a los enfermos”, señala. Sueños que, esperemos, no tarden en volverse una realidad.
Vía Revista Somos
Redacción: Carmen Escobar
Fotos: Paul Vallejos
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