Héroes de la escuela | La fortaleza del "profe"

Gracias al profesor Arturo Vásquez Escobar, de la I.E. Daniel Alcides Carrión, San Juan de Lurigancho tiene ahora un Inti Raymi propio y proyectos para que una huaca local se ponga en valor.


Desde hace cinco años, el profesor Vásquez recrea con sus alumnos una particular versión del Inti Raymi en la Fortaleza de Campoy de San Juan de Lurigancho. El resultado: sus alumnos ahora protegen la huaca, promueven el turismo cultural en su barrio y se sienten orgullosos de su pasado milenario. Aquí su fórmula.

Convertir un resto arqueológico olvidado, ahogado entre pilas de basura, de difícil acceso y arrinconado tras un condominio multifamiliar en el nuevo punto de interés de una ciudad, fue el reto que el profesor Arturo Vásquez se impuso como meta en 2008. Vásquez, profesor de historia de la I.E. 0090 Daniel Alcides Carrión de Campoy, en San Juan de Lurigancho, sentía que la recuperación de aquella huaca podía ser la oportunidad para hacer que sus alumnos sintieran la historia viva y cercana a ellos, y no como un bloque congelado de datos dentro de un libro.

Fue, también, una forma de saldar una deuda pendiente desde su niñez. "Cuando era chico y vivía en Ica, tenía una huaca al frente que estaba totalmente abandonada. Allí donde yo crecí, en el desierto, todas las lagunas, huacas y cerros fueron destrozados. Cuando llegué aquí, a San Juan de Lurigancho, encontré una huaca cerca. Ahora, como maestro y ciudadano, me sentí en el deber de impedir que esta zona siga siendo agredida. Si nunca pude hacer nada de niño, lo hago ahora" cuenta motivado.

Vásquez podría haberse quedado simplemente en jornadas mensuales de limpieza de la huaca, pero poco habría ayudado esa propuesta a detener su deterioro si no se hacía que los lugareños comenzaran a apreciarla. "El Inti Raymi es una de las actividades que hacemos para proteger el patrimonio. Es una manera creativa de hacer que la gente se acerque a la huaca" explica el profesor.


Inti Raymi con sabor local

Si bien cuando hablamos de Inti Raymi lo primero que viene a la mente es la edición anual que se realiza en Sacsayhuamán, Cusco, lo cierto es que la celebración se repite en muchos otros puntos de la capital. La propuesta de Vásquez es una de ellas.

Ahora bien, ¿cómo se logra celebrar un Inti Raymi en medio de Lima, que tenga sentido y no sea solo un capricho o invento arbitrario? Vásquez, aficionado a la investigación histórica, buscó rescatar características del Inti Raymi tradicional (diferente al que se celebra en Cusco, principalmente reformulado a partir de relatos de crónicas españolas sobre el evento, sostiene el profesor) y hacer que el festejo tenga un matiz local. Vásquez incluyó parte de la historia de San Juan de Lurigancho en la celebración.

El Inti Raymi "es una fiesta para pedir al sol que no nos deje y nos siga protegiendo con su calor. Nosotros hemos creado un Inti Raymi sin copiar a los hermanos del Cusco, sino ajustándolo a nuestra situación" explica el profesor.

La celebración que Vásquez ha configurado relata el encuentro de los Incas con los Ruricancho, la cultura que dominaba la zona de San Juan de Lurigancho antes de la llegada del imperio cusqueño a la capital. "Representamos la llegada de Túpac Yupanqui a Campoy, encuentro que debe haber sucedido por el año 1470. Quisimos replicar la forma en la que llegó al valle del Rímac, hizo un Hatun Tinkuy (un gran encuentro) y unieron a los Ruricancho a su Imperio" explica.

La escenificación

El 24 de junio, día en el que Vásquez, sus alumnos y últimamente también asociaciones culturales de la zona recrean el Inti Raymi en la fortaleza de Campoy, la jornada arranca antes de las siete de la mañana, con los participantes que llegan ya listos y caracterizados según el personaje que les toca representar. Los Ruricancho, ubicados en el centro del espacio libre de la Fortaleza, en la que se ha armado una chakana con piedras –impidiendo así que personas poco consideradas usen la huaca para el fulbito– esperan la llegada del Inca y su séquito.

"Recibimos a los Incas con solemnidad, como un hermano mayor que nos viene a proteger. Los hacemos con música, baile, canto y ofrendas" explica el profesor. La conversación con la que el Inca y el jefe de los Ruricancho acuerdan asociarse se realiza en quechua, con diálogos creados por el profesor y traducidos con ayuda de organizaciones culturales de San Juan de Lurigancho. El Inti Raymi se completa con el pago a la tierra dirigido por la Asociación Capac Sumaq Ayllu, que se encarga de la ofrenda de la coca kinto y las frutas traídas por los alumnos para la ceremonia en honor al Padre Sol.

Las laderas de los cerros que circundan la Fortaleza son la tribuna del público: vecinos de San Juan de Lurigancho que, poco a poco, han comenzado a pasarse la voz de la ceremonia y acuden en grupos cada vez más grandes al evento. La tarde se cierra con bailes folklóricos de todos los salones y asociaciones culturales que participan en el evento impulsado por el profesor Vásquez.


Más que un día, meses de aprendizaje

Tres meses le toma al profesor tener todo a punto para que el 24 de junio el evento marche a la perfección. Poco tiempo después de iniciar el primer bimestre, Vásquez ya está trabajando con sus alumnos en la siguiente edición del Inti Raymi.

El profesor realiza talleres de "historia recreativa" en los que aprenden de manera vivencial la historia de sus antepasados locales. Hacen un taller de narración de harawis (cantos narrativos de los antepasados para transmitir cuentos, leyendas y mitos), se van a recorrer las zonas arqueológicas e históricas de San Juan de Lurigancho y hacen trabajos relacionados a sus visitas.

Luego, llega el momento de que los chicos aprendan de la iconografía Inca y Ruricancho bordando ellos mismos la iconografía de ambas culturas en sus vestimentas de tocuyo. "Cuando al comienzo los chicos se ponen las vestimentas que han hecho se sienten abochornados, pero cuando comienzan los ensayos reales, cambian totalmente de actitud. Comienzan a sentirse descendientes de los Ruricancho" explica el profesor.

La lección del Inti Raymi

Además de la natural protección y atención que se le está dando a la Fortaleza de Campoy, una de las metas principales de Arturo Vásquez es hacer que los chicos generen una identidad propia, ligada a la comunidad en que viven. "Cuando yo llegué a aquí, conocí el Perú. Todos éramos migrantes en el colegio, no había ni un solo limeño clásico. Cuando terminé la secundaria me sentía de Canto Grande. Quiero que mis alumnos también se identifiquen con el lugar en el que viven" explica.

"Hay motivos para sentirnos orgullosos de San Juan de Lurigancho. Además de ser tierra de migrantes, y que hemos forjado con sudor, también tiene una historia rica de la que debemos sentirnos orgullosos. ¿Por qué no se escucha ‘soy luriganchino'?", se cuestiona el profesor. Para alegría suya, poco a poco sus alumnos están comenzando a usar ese gentilicio para describirse.


Guías turísticos escolares

Debido al progreso logrado con las ediciones del Inti Raymi y la mejora del cuidado de la huaca, Vásquez ha dado un paso más allá en su trabajo de conservación y difusión. Junto con otros profesores de la zona, Vásquez ha creado la asociación Kusi Sonqo, que agrupa a más de veinte alumnos de diferentes grados de secundaria del colegio Daniel Alcides Carrión, que se turnan el cuidado y guiado semanal en la huaca.

"Si un chico quiere integrar la asociación, no pedimos nota mínima. Solo nos interesa que tenga ánimo, dedicación y esté dispuesto a separar parte de su tiempo libre para la huaca" explica.

Luego de que Vásquez se auto capacitara como guía de turismo y recibiera ayuda de compañeros dedicados a este tema, ha entrenado a sus alumnos para que sean guías de las personas que quieran visitar no solo la Fortaleza de Campoy, sino también el complejo arqueológico Mangomarca y las lomas del mismo nombre.

Los chicos se han organizado para tener buzos oficiales para guiar sus recorridos y han creado dos rutas turísticas en la zona. La primera es la visita de la Fortaleza de Campoy, mientras que la segunda es una caminata de tres horas entre la Fortaleza, la huaca de Mangomarca y sus lomas, pasando por caminos preincas descubiertos en la zona que llegan hasta Cajamarquilla.

"Los chicos están muy alegres, incluso se llevan propina por el guiado. No hay una tarifa para ingresar a la huaca, porque no somos dueños de la Fortaleza, pero con la voluntad de los visitantes podemos organizar más guiados y juntar para nuestro Inti Raymi" explica el profesor.

Este año han superado las 1 020 visitas: nada mal si se considera que la Fortaleza de Campoy aún no cuenta con señalización o servicios higiénicos para el público. Lo bueno es que tras tantos esfuerzos, en la última edición del Inti Raymi de Junio de 2012 se anunció que la Fortaleza de Campoy ya estaba oficialmente registrada para ser puesta en valor en 2014. Un verdadero logro escolar.

CRÉDITOS
Escribe: Tatiana Palla
Fotos: Max Cabello / Municipalidad de Lima
Fuente: Perú Educa


Asociación de Comunicadores Escolares del Sur Peruano
ACESP-ONGD

2 comentarios:

  1. Gracias amigos!!!!!!!!!! me emociona la manera como han redactado este artículo.

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  2. Gracias por esta magnífica nota, de verdad que me alegra muchísimo saber que entre peruanos nos demos la mano en algo tan importante para las futuras generaciones, como es encontrar nuestra identidad cultural.

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